Enmudeció al silencio por tonás fundiendo el metal de un apellido. En su garganta crujió el no te rebeles gitana aunque te maten tu gente y dijo que lo llamaban loco porque siempre andaba callao. José Méndez puso su nuez potente de campanas gordas a la voluntad de la afición que vino a escucharlo al Templo del Flamenco de Sevilla. La Peña Torres Macarena vibró con el eco de un jerezano poco reconocido para lo que su cante dice. José se rebuscó en las entretelas sin ahorrar en ningún tercio. Eché en falta más cantes, aunque anduvo generoso y crecido en la segunda parte cuando los aires festeros descubrieron dónde manda.
Una vez que Méndez se templó al aire, el holandés Yus Wieggers calentó sus dedos con una composición propia por taranta en la intimidad que compartió con su guitarra, demostrando que los flamencos nacen donde quieren, porque las caricias que permite la sonanta hablan un idioma universal. La noche prometía.
Un ramillete de variantes por soleá perfumó el aire de un aroma embriagador, puro. Hizo falta que acabara el recital para que nos diéramos cuenta luego que fue el palo más tibio de cante y guitarra, a pesar de que calara en el respetable y entusiasmara el empaque con el que arremetió José.
El cante se está perdiendo
en el pueblo de Jerez.
Los que cantan por derecho
no tienen ni pa comé.
Así clamaba a los que saben istinguí. Porque los mimbres de José son para paladares exquisitos a los que les gusta lo tostaíto de la olla, como dice mi amigo Antonio Hermosín cuando habla del cante con sabor o aquel que duele.
La seguiriya hirió desde los ayes hasta el macho de El Tuerto La Peña. Por eso pedía no llamadme al médico, llamadme al doctor, buscando la calma a una pena que masticó con jondura, de la que se quejó a arañones y terminó por trocar en aplausos que sellaron una primera parte corta pero convincente en la que su voz pedía baile.
Méndez jugó a recortar el compás por alegrías. Sin marear con experimentos, esparció la sal de Cádiz por el entarimado. Con las palmas sublimes de Emilio Castañeda se entretuvieron en contratiempos. José lo mismo dominó los bajos que lució en las embestidas. Pero fue en las bulerías donde estuvo arrebatador. Era de esperar el recuerdo a su tía Paquera en la salía. Y desde entonces hasta culminar reverenciando su casa cantaora, deshojó un repertorio de letras con buen gusto y poco manoseadas que supo engarzar aguantando los compases, sometiendo a su antojo la amalgama.
Rafael Campallo se subió a las tablas como artista invitado. Y por momentos eclipsó al cuadro porque no es un bailaor cualquiera. Sin desmerecer el cante y el toque, muchos aficionaos se fueron con la sensación de que aquello fue lo mejor de la noche. Rafael lastimó por taranto con tangos para coronar la cima de la originalidad bailaora. En un alarde de frescura en la sevillanía que lo engalana, Campallo bailó con pies fuertes, cintura, un torso erguido, un braceo redondo y el gesto oportuno. Si por taranto se paró a cobijar el lamento, al resolver por tangos se deshizo en contoneos solo suyos. Salpicó de figuras personales los maderos de la peña moldeando el compás.
La guitarra de Yus derramó la pulcritud de sus arpegios por todos sitios. Tocó ensimismado en el idilio con las seis cuerdas. Se mostró decidido en las respuestas, con oído para los acordes de transición, limpio en los alzapúas, respetuoso con lo clásico y jondo en la interpretación. Se enamoró del cante y lo engrandeció. Sirvió al acompañamiento, escudó al baile acompasao. Pero sobre todo transparentó su alma flamenca con la humildad de los grandes virtuosos de corazón.
Llegó el fin de fiesta por bulerías. El escenario se quedó pequeño cuando se sumaron las bailaoras Myrian La Vaquera y Belén Almendro, el bailaor Jairo Barrull y la cantaora Sara Corea. Con sus pataítas impetuosas junto a las de Emilio y Campallo, arropadas por el cante de José y Sara, terminó la actuación dejándonos el regusto sabroso en la boca de una buena propuesta que capitaneó Méndez evidenciando que aunque para el baile se crece, delante es capaz de revolcar a unos cuantos.
Recital de cante de José Méndez con la guitarra de Yus Wieggers y las palmas de Emilio Castañeda. Artista invitado:el bailaor Rafael Campallo. Sábado 28 de enero de 2023. Peña Flamenca Torres Macarena, Sevilla.
Algún vídeo que corrobore tus sabías y flamencas palabras Kiko mío