Brillaba un sol radiante que iluminó el bronce. Ya llegó la hora, la horita llegó. Así describió su alegría Antonio Cruz, sobrino del homenajeado, «agradeciendo el gesto que ha tenido el ayuntamiento del pueblo con su hijo predilecto». Hablamos de Antonio Mairena, que ahora ocupa un lugar privilegiado no solo en los corazones de los aficionaos cabales sino también en el epicentro del municipio.
Coincidiendo con el 40 aniversario de su muerte, tras una intensa remodelación de la antigua Plaza de las Flores, hoy Plaza Antonio Mairena, se descubrió la escultura sedente del insigne cantaor en presencia de un multitudinario grupo de artistas, familiares, vecinos, peñistas y medios de comunicación.
Desde el mediodía del pasado sábado 11 de febrero, la obra de Ventura Gómez permanecerá para la posteridad en un banco de la plaza que vio nacer al cantaor, flanqueado por la Casa del Arte Flamenco Antonio Mairena, la capilla del Cristo de la Cárcel, a quien él veneraba, y el Ayuntamiento de la localidad.
Tal como indicó Gloria Guillén, delegada de flamenco del consistorio, «se salda así una deuda pero queda otra que será el museo que llevará su nombre y para el que ya se han adquirido los terrenos».
Intervinieron en los actos protocolarios Gloria Guilén, Antonio Cruz, Ricardo Sánchez, delegado de la Junta de Andalucía en Sevilla, Juan Manuel López, alcalde de Mairena, Cristóbal Ortega, director del Instituto Andaluz de Flamenco, Manuel Jiménez Ríos, presidente de la Casa del Arte Flamenco Antonio Mairena, y Ventura Gómez.
Ricardo quiso recordar el otorgamiento que hizo la Junta en el 83 reconociendo a Antonio Mairena como Hijo Predilecto de Andalucía a título póstumo en la primera ocasión que se entregó dicha distinción. Agradeció la invitación y leyó parte de aquel decreto que recogió la efeméride. Se refirió a Antonio como «un cantaor que fue y sigue siendo imprescindible y que marcó un hito fundamental en la cultura», además de señalar que esta nueva obra servía para «honrar la memoria y rendir tributo a su persona manteniendo vivo su legado, no solo con la escultura y el futuro museo, sino sobre todo con el trabajo que se hace día a día desde el Ayuntamiento y la peña»
Manuel Jiménez se deshizo en agradecimientos a todos los presentes y en especial a los artistas que quisieron asistir al acto. Suponía el «broche de oro de la reforma de la plaza y aquella idea que ya hace años que surgió para que hoy Antonio siga presente más aún si cabe entre las jóvenes generaciones». «Antonio Mairena es eterno», apostilló.
Ventura Gómez no quiso ahondar en el concepto artístico de su creación porque «cuanto más se intenta explicar una obra, más se confunde: debe hablar por sí sola». Mostró la ilusión con la que llevó a cabo el proyecto desde que recibió el encargo para inmortalizar a Antonio con un «semblante de ensoñación y meditación» y agradeció la ayuda de Antonio Cruz, que visiblemente emocionado quiso solo dar las gracias y celebrar el momento.
Juan Manuel López, alcalde de Mairena del Alcor, se enorgulleció de haber confiado en Ventura para esculpir en bronce la figura de este «mairenero universal que aparece ni cantando, ni posando: de manera natural, con su mascota». Y cerró el turno de palabra para dar paso al flamenco.
Manuel Cástulo al cante y Antonio Carrión a la guitarra sellaron la tarde con los mimbres de la ortodoxia canónica que el maestro de Los Alcores dejó plasmada en su legado. Así Manuel templó su garganta mairenera y mairenista por soleá, seguiriya, romances y tonás, escudado por la sonanta jonda de Carrión. A pesar de los problemas de megafonía, se fueron cargados de oles y con la ovación de los oidores que supieron apreciar la enjundia con la que pisaron el escenario.
El sol, los buenos caldos, el cerveceo y unas cuantas ollas de berza, unido todo ello al ambiente festivo entre flamencos con paladar, devino en una tarde de charla y cante acompañado por los nudillos en la mesa que tuve el gusto de compartir con el decano de la crítica en Sevilla, Manuel Martín Martín, Carmen Arjona, Lidia Montero, Paula Rodríguez, el Nano de Jerez, Juan Villar, Mateo Soleá, Ramón Soler y algunos otros que tuvimos la suerte de vivirlo amenizado por el age de Caracolillo de Cádiz. ¡Qué sabe nadie!
*La lista de personalidades del flamenco, periodistas, artistas y aficionaos ilustres que acudieron sería interminable. Que me perdonen los que olvido o no viera, pero estuvieron allí además de los citados:
Ricardo Miño, Pedro Ricardo Miño, Juani de la Algaba, Antonio Cortés Escobedo y su esposa Eva, José Manuel, Alicia Gil, Lito Espinosa, Calixto Sánchez, Antonio Ortega hijo, Vargas Quirós, el fotógrafo Paco Sánchez, Segundo Falcón, Diego del Morao, El Cerote, Marcelo Sousa, Rubito hijo, Javier Barón, Pedro Madroñal, Pablo Parrilla…