Un martes cualquiera. Solo hace falta una buena excusa para abarrotar Torres Macarena. El Instituto Andaluz de Flamenco ya acogió en la mañana la presentación oficial de la 54ª Reunión de Cante Jondo de La Puebla de Cazalla. Pero el cartel, ese «primer grito en la pared», pedía cante y peña. El incombustible legado de la obra pictórica de Francisco Moreno Galván vuelve a verse por todos los rincones. Hasta que le toque el relevo y la responsabilidad al pintaor Patricio Hidalgo. Una imagen preciosa que estaba en la Taberna Ortiz, boceto de un cartel que no salió, esencialmente morisca, con sello de identidad propia e indiscutiblemente flamenca. Un festival diferente, distinto a los demás, abanderando la idiosincrasia de un pueblo que irradia afición traspasando fonteras, abriendo La Puebla a sus leales comandos que cual fieles hermadades en peregrinación acuden cada año al olor a romero, lentisco y mejorana.
Antonio Carrión con su guitarra, La Yiya con su arte y desparpajo, Miguel Ángel Rivero con la cultura en la sangre y Carmen Arjona como maestra de ceremonias lanzando preguntas certeras que retrataron La Reunión llenaron el escenario para contarnos qué se ofrece este año en la Hacienda de la Fuenlonguilla y en las plazas del pueblo en los días previos.
Miguel Ángel Rivero, concejal de Cultura culto y empeñado.
«Francisco Moreno Galván quiso huir de las definiciones gastronómicas de los festivales y diferenció el de La Puebla con el nombre de Reunión, dándole importancia también a las relaciones, a quien escucha, además de aportar elementos estéticos con su particular escenografía o acudir a las sensaciones del olfato esparciendo por el suelo el aroma de la sierra»
La Yiya, voz morisca de referencia que lidera el cante en La Puebla.
«Siempre que me subo a un escenario, le tengo tantisimo respeto al publico y al flamenco, que intento darlo todo y poner el corazón. Pero hay sitios especiales.Y más especial que cantar en mi pueblo, en La Reunión y poniendo el broche… Voy a cantar pa mi gente y a echarlo to. Es un peaso de orgullo sintiéndome profeta en mi tierra y reconocida. También una responsabilidad».
Antonio Carrión,guitarrista que más ha tocado en La Reunión. Rebosante de humildad.
«Llegué a La Reunión de la mano de Menese, aunque también le toqué a Diego Clavel y a todos los cantaores de La Puebla. Más de 30 años llevo. He visto pasearse el flamenco por el cante en las distintas voces a través del tiempo. Me siento un morisco más. Cuando entras por las puertas de ese cortijo el aroma a romero, lentisco y mejorana, mezclado con los ecos de la soleá y la seguiriya que perduran en ese patio, hace que los olivos de La Puebla se amamanten de ese arte para tener tan buen aceite y sabor».
Miguel Ángel desgranó una programación que revuelca a La Bienal (véanla más abajo), apoyada en esa «suerte de conciencia vigilante» heredada de Moreno Galván y que ahora persiste en la figura de Manuel Catato, presidente de la peña flamenca del pueblo e integrante de la comisión organizadora. Así culminó una presentación «ágil, amena y entretenida» que selló La Yiya pegando cuatro arañazos de cante: caracoles, soleá, seguiriya y tangos. Hoy no cabe la crítica, pero me zamarreó el sentío recordándome por qué soy yiyero. Para muestra, esta seguiriya. Juzguen ustedes y disfruten de los pellizcos que endosa Ana.
Espero no perdérmelo!
Ya sabes!