Firma: Kiko Valle.
El cantaor trajo a Sevilla al Instituto Andaluz de Flamenco la presentación de su último trabajo discográfico. El presidente de la entidad Cristóbal Ortega retrató la figura de Ezequiel repasando su trayectoria además de tener la deferencia de acordarse de Alfredo Benítez, padre del artista. Aunque falleció en 2020 sigue muy presente en la vida del jerezano por el fuerte vínculo que los unía y los grandes conocimientos que legó este estudioso, letrista y gran aficionado. Cristóbal prosiguió destacando la valentía de acometer esta aventura en un panorama en el que las nuevas tecnologías han cambiado la forma de escuchar música y apostó por continuar con Ezequiel en las programaciones del IAF como hasta ahora ha venido haciendo.
Benítez agradeció al Instituto la acogida de nuevos proyectos y comentó el origen de su obra: Dukkha es una palabra hindú del sánscrito que germina en el argot flamenco como duquela. “Pero el disco no es de tristeza sino un reconocimiento a gente que ya no está y me ha aportado mucho en mi vida”, dijo Ezequiel. Este cedé viene impregnado más que nunca de la personalidad del cantaor. Ocho de los nueve cantes que incluye son composiciones suyas. Piensa que al crear sus propias letras cuenta su causa y conecta directamente con el que lo oye. La grabación contiene tangos, nana, soleá, fandangos, seguiriya, malagueña, tientos y bulerías. Paco León es el tocaor que lo acompaña, pareja artística de Ezequiel, uno de los productores del disco (grabado en su estudio) y culpable de que este trabajo tenga aún más belleza si cabe gracias a la conexión espiritual tan bonita que ambos comparten. El acto cerró con un cante que interpretó Ezequiel con maestría por soleá de Triana.
En breve dispondrán de la crítica del disco en esta misma página.
Firma: Kiko Valle.