No lo quería escribir. Aún me resisto a que haya que pedir una Oración en tu nombre. Me revuelvo al pensar que en ese Patio jerezano el Caballo Negro de la muerte haya querido llevarte por el Cañaveral. Te elevas entregando El Legado en un Testamento andaluz donde regalas tus cuerdas para la posteridad. La tierra te será leve dejándonos aquí con la Locura de brisa y trino de los sonidos de tu sonanta. Seguro que otearás sosegado desde la Torre Tavira con la bondad que te inunda tañendo por alegrías asomado a la Puerta del príncipe. Ya descansas del Mundo y formas de la guitarra flamenca. Servirás donde quiera que estés a todas las Inspiraciones de un Recital flamenco en el que arderá en Candela viva un ramillete de Azahares que perfumarán tu cobijo. Genio de la Tauromagia, no has podido huir del hechizo de Medea que te ha robado el último sorbito de aire en la expiración. Pero no te ha arrebatado la Nacencia para la inmortalidad. Has entrado en la Maestranza de los dioses como una Enciclopedia de la guitarra flamenca. No lo quería escribir: adiós Maestro.
*En cursiva, obras de Manolo Sanlúcar.
Agradecimientos al compañero Luis Pérez por el movimiento para otorgarle la Llave de Oro de la Guitarra Flamenca a Manolo Sanlúcar.